lunes, 10 de junio de 2013

El coste de nuestro bienestar

Si bien es cierto que la naturaleza nos proporciona una gran variedad de alimentos, nuestros deseos como parte del "mundo desarrollado" y como defensores de la "sociedad del bienestar" van mucho más allá.
Queremos consumir cualquier producto, en cualquier época del año y al precio más bajo posible.

Aunque quizá no lo sepamos, satisfacer nuestros deseos tiene un impacto enorme sobre muchísimas poblaciones humanas y sobre la salud de nuestro planeta.
La globalización ha hecho que ya no tengamos que esperar, las estaciones ya no tienen importancia, podemos conseguir cualquier cosa solo entrando en un supermercado, y a un precio más que asequible. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto?

La 2 emitió no hace mucho un reportaje muy interesante donde se nos habla sobre este tema, sobre esa parte que no conocemos, la historia que hay detrás de muchos de los alimentos que ponemos cada día en nuestro plato.

El reportaje es largo, dura unos 55 minutos, pero yo os recomiendo que lo veáis, merece mucho la pena y nos hace reflexionar sobre el sinsentido de una sociedad que solo se preocupa por su propio bienestar...
Si estás interesado, pincha aquí y podrás verlo.

En este estupendo documental viajamos hasta Filipinas, donde conocemos a un hombre que se ha hecho con un monopolio de piscifactorías donde se crían gambas de una forma brutalmente intensiva, a la vez que ha destruido a propósito una buena parte del ecosistema de los manglares (3/4 partes de todos los manglares del mundo se han destruido por la creación de criaderos de este tipo), dejando a personas humildes que han vivido toda su vida de los peces y las gambas capturados en esta zona sin sustento ni forma posible de vida.

También podemos comprobar cómo el cultivo intensivo de soja en Brasil ha deforestado gran parte de la selva, debido a que el gobierno vendió a precios muy bajos porciones de la misma durante muchos años, dando carta blanca a los compradores para que hicieran lo que quisieran. De esta forma, una área más extensa que Francia ha sido destruida, y se construyen presas para suministrar agua a estas plantaciones, privando a los indios de la zona de su sustento, la pesca.

También el cultivo de judías verdes en Kenya hace que muchos pequeños agricultores, o incluso pueblos enteros se vean privados del poco agua que hay, debido a las constantes sequías y al desvío del agua restante hacia las grandes plantaciones, y tengan que caminar hasta 7 kilómetros para poder subsistir.

Esto, entre otras cosas, debería hacer que nos replanteáramos la forma que tenemos de consumir, porque el cambio está en nuestras manos, porque podemos hacerlo de una forma más responsable, consumiendo, como nosotros os proponemos, de una forma local, evitando los cultivos intensivos, evitando la explotación de las personas, que reciben salarios miserables, mientras que el precio va engordando y engordando a medida que el producto va pasando por los distintos intermediarios, por los distintos medios de transporte, contaminando, haciendo que unos pocos monopolizadores sean los que se enriquezcan mientras que el resto de las personas y el planeta entero se van empobreciendo poco a poco...

Cambiemos, es posible, podemos hacerlo, está en nuestras manos...

Feliz lunes!

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